domingo, 27 de septiembre de 2020

Belleza o bondad

El horror provocado por una belleza
aterradora, como un Tigre de bengala
como sierpes venenosas
tan hermosas, tan coloridas,  peligrosas.

El terror producido por una belleza
inaccesible, como el cielo de tus ojos
como aromas de tus poros
tan sublimes, tan perfumados,  deliciosos.

El espanto generado por la belleza
de estrellas en calurosa cercanía
como hornos nucleares
tan explosivos, tan ardientes, incinerantes.

Como polillas en busca del bombillo
que será su verdugo y su cadalso
así andamos por la vida.

Pará ser estafador es necesario
ser apuesto y bien parecido
Pará ser meretriz es menester
ser hermosa y voluptuosa.

Todos quieren atrapar a la belleza
incluso cuando quema y consume,
a muy pocos les interesa la bondad

Cuántas veces la belleza
se confunde con bondad y bienestar
y luego de llevarnos tantos chascos
¿Aprendemos?
¡No que va!

sábado, 5 de septiembre de 2020

Efímeros

 

Efímera la vida colada en un suspiro
y el pasado desdibujado
se arremolina en las memorias desleales
de momentos intuitivos
de instantáneas ilustradas
sin fervor de realidad.

Efímero el preludio de un altar irrevocable
y el futuro inexistente
se presiente como un hado
de promesas incongruentes
y fatales advenimientos
sin fervor de realidad.

Efímero el presente intoxicado y permanente
que se siente y no se siente
desvanece ante la esencia
de un segundo que se extingue
impaciente y presuroso
sin fervor de realidad.

viernes, 4 de septiembre de 2020

El tiempo

 

Los segunderos detenidos por la herrumbre
ya no marcan los segundos que se van
pero el tiempo inexorable se dilata
recorriendo en abstracciones un tic tac
de verdades escondidas en la bruma
de silencios que se gritan al ocaso
por sí acaso, por si acaso.

El minutero que se ahoga con los números
ya no exhala tan sonoro su tic tac
pero el tiempo contumaz no se detiene
y se vierte en un presente fantasmal
cuyo espectro se disuelve en cada instante
con verdades disfrazadas de falacia
con silencios imposibles de acallar.

Y las horas ya no sé que es lo que son
se parecen estas horas a los duendes
que aparecen entre sueños desastrosos
se parecen a las alucinaciones
que se encienden y se apagan al azar.

Éste tiempo que parece un vil engaño
sé que existe porque veo mis arrugas
y lo siento cómo pesa en mi semblanza
y lo entiendo cómo pasa sin cesar
¿pero es tiempo un movimiento indetenible
o es acaso gravedad inamovible?

Éste tiempo que me envuelve silencioso
qué será lo que lo forma, qué será!

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Aceras movedizas


Ya se alejan las inmóviles aceras
con los pasos de la gente aglomerada
y se alejan las aceras aledañas
con fronteras ciudadanas de cemento.
Y la piedra del cemento que se asienta
ni se mueve
ni consiente que se muevan las aceras
las aceras que se alejan con su gente
de la fuente de mi sano entendimiento.

Las aceras movedizas no pretenden
encontrarse con mi falsa comprensión
y alienadas, taciturnas,
lastimadas, contumaces,
me derrotan, me derriten, me disuelven
como azúcar bajo lluvias invernales.

Y así entro a las iglesias sin permiso
y las misas se disparan sin cesar
y bendito aquél que llora sin consuelo
y bendito aquél que grita sin aliento
sin descanso, sin alivio, sin sosiego.
Y bendito aquél que rumia su pesar.

Me dispongo a abrir la boca para hablar
y una ostia me la calla dulcemente
desde el cuerpo con la sangre del Mesías
que en mi lengua se disuelve contingente.
Alabado aquel que viene desde el Reino
alabado el invitado a la reunión.

Y saliendo de los templos misteriosos
en las calles todo vuelve a lo normal.
El normal frenetismo cotidiano
la normal apremiante agitación
la normal ansiedad perturbadora
la normal  vertiginosa conmoción
y el infarto a la vuelta de la esquina
y el frecuente carcinoma de pulmón.

Las aceras que se alejan sin moverse
llevan gente sin un rumbo definido
y me siento, sin sentarme y sin sentirme,
yo me siento afortunado al menos hoy.